En Chile los estudiantes secundarios pararon toda una región trasandina para pedirle a su presidenta Bachelet más presupuesto educativo. Acá los estudiantes secundarios porteños, casi al mismo tiempo, habían montado una especie de piquete para pedir que “vuelva Callejeros” (al accidente del año 2004 que costó la vida a 194 personas todo el mundo lo conoce y en detalle).
Luis Alberto Spinetta se compromete con “Conduciendo a conciencia”, sensibilizado por un trágico accidente de compañeros de su hija, y apostando a concientizar a la mayor cantidad de gente. En este marco, el Flaco aprovechó un momento de su masivo concierto en Velez para repudiar a la revista del negocio del rock, ya que su remera con el logo de "Conduciendo a conciencia" no salió en la foto del anuario de la revista.
La respuesta de Rolling Stone, que de ella se trataba, no se hizo esperar en la web. Institucionalmente la revista arguye argumentos propios del medio, reparos, licencias, encuadre, iluminación, efecto, ya que la importancia del número en cuestión (el anuario 2009), así lo requiere.
Educación o Callejeros.
Salvar vidas en las rutas argentinas o estéticas del negocio.
El rock tiene que servir para algo más que un negocio para pocos. En otro tiempo fue libertad, autenticidad, conciencia, creatividad, y hubo muchos que quedaron en el camino por cosas indecibles. Hoy, el riesgo lo corren muchos y las ganancias se la llevan unos pocos privilegiados que justifican el reviente, la inconciencia, la dejadez, la transgresión lumpen (vacía de intención y fundamento), o miran para otro lado cuando han sido indirectos partícipes de trágicos episodios, como la muerte de Rubén Carballo en Velez durante un show de Viejas Locas. Puedo entender que ahora la música no sea tan importante como la escena, la imagen, el montaje y las luces, y lo importante en este negocio del rock, la actitud. Al menos esa es la última palabra para un potencial debate.
Que una maratón de tanta música (5 horas) pierda sentido ante la cuadratura precisa y certera de AC/DC (“la gente no quiere 5 horas de música de todas las épocas con todos los protagonistas y toda la ’luz’ artística que eso genera, sino un apabullante y efectivo show de dos horas”).
Mientras tanto, nada de mensaje que trascienda el “rock”, nada de importancia más que el “aguante”, “que vuelva Callejeros” o “Spinetta ya fue”, cuando sería importante darse cuenta que un mensaje con sentido- busquemos evitar tragedias en las rutas- enmarcado en una plataforma de semejante trayectoria artística -redime al protagonista de todo cuestionamiento, y el rockn`rollnnnn es el que verdaderamente ya fue, porque si no es capaz de servir para algo en medio de tanta manipulación, manejo, intereses, maquillaje, en fin, “ya fue”, dejó de ser , perdió su escencia. Eso es algo que se olvida con frecuencia, tras lo cual me viene a la oreja suavemente una frase de nuestra queridísima Lucía Galán en feroz pelea (¿matrimonial?) con su hermano: “Olvída mi nombre mi cara mi casa y pega la vuelta/ olvídate todo que tú para eso tienes experiencia”. Adío, amici!
Educación, o Callejeros. E allí la gran dicotomía de nuestra estupidizada juventud.
ResponderEliminarAbrazos, C.M.