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lunes, 12 de julio de 2010

Caminando de lado salvaje 2


Hace ya un tiempo hablábamos del lado, el sector, el bando en el que nos encontramos -por suerte o por desgracia, aunque yo creo que no parecerme ni a Mirtha ni a Mariano Grondona es más suerte que desgracia-, y en aquel momento estaba aprobándose la Ley de Servicios Audiovisuales, había un duro debate sobre la asignación por hijo y por los fondos jubilatorios.
El presente de esta entrada gira en torno al tratamiento en el Senado sobre la Ley de Matrimonio Igualitario. Cambiar una palabreja en el Código Civil nunca causó tanto escozor. Poner "contrayentes" en lugar de "hombre" y "mujer", en tiempos en que la ciencia de la salud estiró el promedio de vida a más de 80 años, parece una discusión de Perogrullo, y sin embargo...
Lord Vader de Stars Wars se calza la púrpura cardenalicia. Bergoglio y Aguer coontraatacan. La primera línea, encarnada por el patriarcal doctor G y la anciana diva de los almuerzos, va perdiendo aceite. Veamos:
Grondona explica que "esta ley es un igualitarismo contraproducente y peligroso, que iguala, por poner un ejemplo a las mujeres feas con las mujeres lindas, con el solo hecho de darles un martillazo a las lindas para que así queden feas y equiparadas."
Mirtha Legrand, en otra de sus inquisitivas y memorables preguntas, le pide a Roberto Piazza que le diga qué pasaría dentro de un matrimonio gay, con un hijo varón adoptado: "dado que tienen inclinaciones homosexuales, ¿no puede haber violación?"
Monseñor Bergoglio habló de una "guerra de Dios". Legisladores evangelistas como Cinthia Hotton, se manifiestan en contra de la ley argumentando "normalidad" ante una "enfermedad o desviación".
La supernumeraria del Opus Dei Liliana Negre de Alonso, senadora puntana del partido de los Rodríguez Saa, presenta así, con semejante respaldo, un proyecto que consigue la media sanción, titulado "Unión Civil", para paliar el avance de la Ley de Matrimonio Igualitario, intentando dejar conformes a los marginados con una ley marginadora (así como hay "legislación matrimonial normal", también habría de "la otra").
Es así. Este es el Otro Lado. El Lado Oscuro. El que remite al pasado más retrógrado y represor.
La misma Iglesia que protege a pedófilos y abusadores, cuando no encubre y reivindica a asesinos y represores robaniños encarna la Cruzada de Dios, la batalla contra el Diablo. Ya la hicieron hace más de 20 años cotra el divorcio. Perdieron. No están dispuestos a hacerlo otra vez.
Pero para no ser maniqueos en los argumentos, hace unos días un amigo que no cree ni en su propia sombra y tiene como lema "Desconfíe del Prójimo", me decía que era fundamentalmente una guerra entre dos mafias.
Y yo, que traté de entenderlo y no cagarlo a patadas para que despierte, pensé lo siguiente: frente a un poder conservador, que agoniza por lo atrasado de sus postulados, pero que SIEMPRE ostentó el poder total, una minoría egoísta y angurrienta, mafiosa, corrupta y explotadora que no quiere compartir sus negocios, menos con desviados, pacifistas, peronistas, artistas mediocres, pobreríos incontrolables, y etcéteras de los que no quieren enterarse, se levanta un poder emergente, de alto nivel de negocios, expansionista (como lo dijo Negre de Alonso, el Hotel Gay, el Crucero Gay, los Casinos para Gays), mafioso, corrupto y explotador como los otros, que tuvo pocas oportunidades de poder y está dispuesto a disputarse la manija.
Es simplemente eso, lucha de poderes, negocios, dinero.
Igual, yo prefiero estar del lado que hay que estar. Esta no es una realidad bidimensional, sin matices. Hay grises, pero los hay más limpios y auténticos que otros.
El respeto por la elección sexual, la libertad de amar, la realización personal para todos y no para unos pocos
, más allá de la rebeldía contra los poderes anquilosados y los criminales impunes, la búsqueda de la verdad y la esperanza de vivir en un mundo mejor me ubican en este lugar. Dentro del gran abanico de miseria humana, hay un escalón superior a la homofobia y es, me parece, una especie de "Xenofobia de Clases", que ha ido manipulando todo el pensamiento de la gente durante años. Es hora de pararlo. Ojalá que no se pierda esta oportunidad histórica.

miércoles, 7 de julio de 2010

Sobre drogas y cine...

El otro día veíamos "PACO", una película argentina del director Diego Rafecas, sobre la problemática de las drogas.
Es un film que no habla específicamente del paco, sino que lo mete prudentemente en la misma bolsa que las otras drogas, en el marco de los tratamientos existentes para este problema (el paco, la merca, la heroína, traen miseria, enfermedad, violencia y muerte en iguales proporciones).
Una de las visiones sobre el paco que despliega Rafecas en su película es el nivel de marginalidad, criminalidad y abandono que hay alrededor de esta nueva "droga de pobres". Dice, por ejemplo, que el paco es una droga de exterminio, pensada para terminar en poco tiempo con los pibes pobres que se drogan, ya que el poder establecido no sabe qué hacer con ellos".
Me permito disentir con mi humilde opinión, y aclaro que no es la de un entendido en drogas ni problemáticas sociales, sino alguien que habla por lo que ve y recorre a diario.
El paco me parece una droga de ignorantes. Gente que se mete lo último raspado de la olla de fabricación de cocaína. Lejos de ser un masterplan ideado para que se vayan muriendo los chicos pobres, el paco es una más de las tantas porquerías que hay dando vueltas. Cosa que genera alto nivel de adicción y deterioro en sus consumidores y es el último aprovechamiento del "vivo" que anda produciendo en "cocinas" de las grandes ciudades.
La persona que va a hacer uso de esta droga es, en efecto, alguien que no se ha informado debidamente sobre los efectos de esta porquería. Y al que le queda la cabeza quemada en poco tiempo, sin nada que pensar, nada que perder, y que en el peor de los casos te puede matar por "una moneda para el paquito".
Claro, me dirán, discriminás a los pobres gratuitamente, a los pibitos que ni saben ni les importa ni van a averiguar lo que se están metiendo, que les da lo mismo poxiran que paco o que Yerba Amanda. El peso de la vida es alto, Sossegate, y vos no tenés ni idea.
De lo que sí tengo idea es de que es algo que se consume en sectores de grandes carencias, ignorancia y necesidades básicas insatisfechas, y es por eso que con este comentario a partir de la película de Rafecas intento aportar a ese discurso represivo que se tiene sobre el tema.
Sí, la droga es mala, caca, diría Guillermo Andino (el candidato de las madres argentinas), pero no es así como la población se concientiza de su nivel de daño.
Si en un principio la droga y su uso se concibió como algo recreativo y de órbita privada o libre albedrío, tal concepto no debe ser perdido de vista.
La despenalización, la persecución a los altos narcos, el combate verdadero contra las drogas debe ir acompañado por una buena información a la población, donde el juicio "droga=caca" ya no corre más.
Se debe informar concienzudamente sus efectos y las características de los tratamientos de desintoxicación disponibles (algo interesante en la peli de Rafecas, como por ejemplo el concepto de que se es adicto todos los días de la vida por más que no consumas), haciendo hincapié en la "mercadería" existente.
Si se continúa con el actual discurso empapado de conceptos monacales y eclesiásticos de hace años, de publicidades tipo Fleco y Male y el Dr. Miroli de la época de Menem, de información retaceada por ciertos medios que piensan que todos somos chiquititos, no va a cambiar nada.
También quisiera volver a reconocer la parcialidad de este comentario (aunque intento no ser superficial), y que opinen y tratemos de hacer algún aporte a la discusión sobre este tema tan jodido, ya que sin estar adentro mismo de la cosa, a cualquiera le cuesta darse cuenta de "cuántos pares son dos botines".

lunes, 21 de junio de 2010

Lo que pasa...(Herencias malditas III)

Hace un tiempo hablábamos en este blog de la herencia maldita que dejaron Los Redondos cuando se separaron: un público jodido rompiendo las pelotas aquí, allá y acullá.
Se me puede tildar de "intolerante", de "discriminativo", de que no distingo la necesidad que la pobreza y la miseria causa en las personas. Que entre Micki Vainilla y yo (para no decir entre Mauricio Macri y yo) no hay ninguna diferencia, que sólo me falta salir a marchar por "mano dura y seguridad".
Okey, háganlo. No me va a calentar. Porque lo que trato desde acá es humildemente marcar diferencia.
Por qué? Porque todo lo que hicieron los políticos de cuarta que tenemos con nuestro país se traduce en ésto: que nos tengamos que bancar bombardeos informativos y culturales de cuarta, como ellos.
Que para difundir un proyecto, un producto, haya que sumergirse en la mayonesa masiva del criterio periodístico mediático, para el que es lo mismo Ricardo Fort cantando una porquería que no es de él, que un tipo que se mató estudiando, compuso su material y pasó el tamiz para ser considerado "difundible", con "nivel industrial", etc.; un parámetro de prensa que incluye en la misma bolsa a Shakira, El Polaco, Cumbia Pop (¡qué antiguo!) y -ponele- La Mississippi; una globalidad sin matices de ningún tipo.´
El empobrecimiento de la educación ha hecho que, entre otras cosas, ocurran tragedias: un tipo educado no sale a rockear con su bebé, ni improvisa guarderías en un baño, ni intenta burlar reglas básicas de seguridad y convivencia, con bengalas en lugares cerrados o provocando avalanchas para entrar gratis, ni busca enfrentarse porque sí con una policía entrenada para reprimir que tira primero y después pregunta, ni ninguna de estas cosas.
No entraremos en detalles de lo que ha pasado reiteradas veces: la crónica del rock argentino en los últimos años vende más por este lado que por la calidad de los "nuevos referentes e intérpretes".
Pero hay un detalle que viene a cuento ahora que uno de los tipos más importantes del rock argentino, Gustavo Cerati, está pasando por un muy duro momento de salud: durante años, en los recitales de los Redondos y en otras bandas "del palo", hubo que aguantar cánticos incomprensibles para la gente pensante: "Luca no se murió.../que se muera Cerati la p...".
Más allá de una antinomia no buscada por ninguno de los dos referentes argentinos más importantes de los últimos años (Los Redondos y Soda Stereo), y negada hasta el hartazgo no sólo , por ejemplo, por el Indio o Cerati mismo sino por otros músicos, esta postura pone de manifiesto la tremenda ignorancia y miseria en la que te sume una educación pauperizada y devaluada.
La discusión hay que llevarla hacia otro lado: insisto; antes el rock era una fuerza de rebeldía y autenticidad, de libertad y creatividad. No debería haber lugar para los brutos "patovicas" del rock, ni para los sociópatas y cavernícolas mentales. Tampoco para fundamentalismos y reacciones conservadoras.
Hay más rockanrol en un tipo como Cerati, que se embarca en una gira internacional a los 50 pirulos, con una frecuencia de un disco cada dos años, con novias y trajines que lo llevaron a su actual situación, que, quizá, en los ocho años que unos Divididos idolatrados por el "chabonaje" se tomaron antes de sacar su disco nuevo (no sé si sirve como ejemplo porque el disco está muy lindo también, y Mollo y cía. quizá no se merecen -igual que Gustavo Cerati- entrar en comparaciones explicativas que aclaren sobre tanto estúpido dando vueltas).
Hay más rockanrol en el trabajo bien hecho, la dedicación y la devoción respetuosa de los fans que Cerati se ganó muy bien, que en la gritería que no te deja escuchar los solos de Skay en JIJIJI, o en los cánticos intolerantes y reaccionarios.
Y, ahora con la fiebre mundialista, me permito una última reflexión: de estos cánticos y griterías ensordecedoras, peores que las vuvuzelas sudafricanas, nace el cantar el Himno Nacional Argentino a viva voz, pero no la letra sino la parte musical introductoria. A muchos los conmueve-a la propaganda la pasan todo el tiempo- y a mí me parece ultrademagógico y choto. Aunque también es parte de la "originalidad argentina": otros cantan el himno con letra o hacen silencio ante esos acordes marciales. En fin. Me despido cantando "Aquí está/ la bandera idolatrada..."

viernes, 11 de junio de 2010

Herencias Malditas (Y dale con los Redondos)

En la nota anterior hablábamos de los Redonditos de Ricota y los "Redondos", ese público conflictivo que empezó fastidiando a los seguidores históricos de la banda, continuó con los snobs ("¡yo vengo a verlos de la época de "Gulp", loco, no desde el "Perro dinamita"!-a propósito de ésto, el mismo Indio áclaró más de una vez: "No ví nunca tantos 'bebitos' en nuestros primeros shows"), la siguió con los comerciantes y propietarios de los lugares que se elegían para tocar, y acabó jodiendo a todo aquel buen tipo que quisiera disfrutar de un buen momento con su banda preferida.
Hablamos de que esta gente no es causante directa: deberíamos hablar de Menem, Cavallo, De La Rúa, Duhalde y demás responsables políticos de llevar la pobreza a niveles extremos en el país (pobreza se traduce en mala educación, mala salud, mala calidad en las relaciones, en las drogas, en los problemas (¿hay problemas de calidad?...en fin, "miseria" sería la palabra que sintetice todo, "miseria"...de "miserable", que empieza allá arriba, y termina acá abajo, donde termina peleado el pobre con el pobre).
Así, una vez separados los Redonditos, una vez prendida fuego la Argentina, una vez que todo se fue al carajo, el rock nuestro, que alguna vez había sabido ver tiempos de gloria y respeto, se encontró en un cuello de botella saturado de bandas pedorras, sin vuelo, sin pretensiones artísticas más allá de "la birra, el fassso, te espero en la esquina y me cabe cualquiera, loco".
Y todo ésto fue tan masivo como lo había sido el "fenómeno Redondos". Todo se dió en llamar Rock Barrial, Rock Chabón, Rock del Palo (...en el orto!), Rock Viejita, Rock Fierita, y un largo etc.
Si bien no todos los anteriores seguidores de Los de Ricota se encolumnaron detrás de la mediocridad de estos grupejos, a lo mejor lo peor de todo no fue "el fenómeno Rock Chabón", sino la prensa especializada bancando y fogoneando el "talento de estos pibes".
Tanto hablar, tanto decir, tanto publicar en grandes medios, las loas a la mediocridad y el dudoso feel, que se llegaron a ver cosas terribles, injustas, trágicas y terroríficas en grado extremo, confirmando una vez más el racismo, la xenofobia, el vandalismo, el cualquierazgo y la violencia escondida que generaron tantos años de lobotomía cultural(Ver este blog:http://perdidorock.blogspot.com/2009/11/rock-chabon-trogloditas-y-sociopatas.html).
No vamos a detenernos a mencionar todos y cada uno de los sucesos que acompañan a cada sustantivo abstracto del párrafo anterior. Sólo diremos que, tal como vamos, revertir la situación, cambiar nuevamente los valores, volver a aquel punto en el que para ser músico tenía que saber tocar de verdad, y en el que cada quien ocupaba su lugar arriba y abajo del escenario, va a resultar difícil, al menos por ahora.
Por ahora en que el rock trata de conservar un lugar representativo en una cultura copada por los Polacos y los Pibes Chorros, por el reggaeton y la cumbia villera, que pronto serán olvidados y vendrán otros quizá más chotos a ocupar su lugar. Un lugar que no se supo, desde la verdadera cultura del rock, conservar para nosotros y nuestra posteridad.

miércoles, 9 de junio de 2010

Herencias Malditas

Esta es una nota de blog que no me hubiera gustado escribir jamás. Ni siquiera para hablar de algo que rompe soberanamente las pelotas desde hace años, pero por cuestiones de pudor, para no generalizar, ni ofender a nadie...o tal vez por falta de ganas de hacerle frente a algun troglodita en la calle que me baje los dientes. Pero como me sobran huevos, y amo a la banda sobre la que voy a escribir, me mando nomás.
Se trata, en esta ocasión, de una herencia maldita. Todo el mundo ha escuchado a los Redonditos de Ricota. Un grupo que blanqueó por primera vez, desde que el rock argentino es masivo, la definición de "colectivo artístico". Una sartenada de locos que en tiempos de dictadura, oscuros, de miedo y persecución, hacía fiestas para mostrar lo suyo, y con el tiempo fue decantando hasta ser un "producto" dentro del rock, con una representatividad avasallante.
No dudamos aquí de la altura artística de sus históricos miembros el Indio Solari, hombre de una poderosa presencia vocal y una lírica inimitable en el país, deudora de William Burroughs y del comic más bizarro; el talentoso Skay Beilinson, con su estilo guitarrístico tan especial, que siempre reconoció influencias de gente tan disímil y ecléctica como Jimi Hendrix, Mark Knopfler o Steve Hillage; las delirantes artes de tapa de Rocambole, que redondeaban una obra conceptual e independiente en tiempos de fragmentación y adocenamiento.
Así, los Redonditos, aglutinados bajo el halo misterioso de la figura de Patricio Rey, fueron realizando su viaje, libres, cómodos y sin presiones de las compañías, decantando ese "producto", dejando atrás a muchos de los pasajeros de aquel colectivo fundacional, que hicieron su carrera aparte o se perdieron por ahí, algunos mascullando su bronca de haber quedado afuera de un gran negocio.
No sin dificultades llegaron a su último show en Córdoba, el 4 de agosto de 2001, y estallaron en pedazos pocos meses antes que el país lo hiciera, no sin antes dejarnos un show inolvidable e irrepetible.
Lo que también nos dejaron los Redondos, fue a los "Redondos", una masa crítica de gente que, sin ser culpable directa, terminaba siempre empañando y violentando lo que siempre era una fiesta, comprendida así por los primeros seguidores de la banda.Seguidores fieles que empezaron a dejar de ir a los shows, y , mal predispuestos por la gente, muchos se distanciaron también en la apreciación artística de los discos del grupo. Si a ésto le sumamos escenas contradictorias protagonizadas por el Indio, y algún que otro roce con el periodismo que derivó en mayor hermetismo de la banda y mayor desconfianza de los medios especializados, podría decirse que los de Ricota habrían caído en desgracia, pero no. La altura artística de los "pilotos" de esta nave y la devoción fiel de un público cada vez mayor los situó como un fenómeno histórico en el rock argentino y latinoamericano.
Hablemos entonces de los "Redondos", ese público incomprensible por los antiguos seguidores.
La creciente masividad del grupo coincidió con el final del sueño de una democracia en serio. "Oktubre", el disco más elogiado y querido, denotaba la oscuridad de los tiempos por venir: menemismo, desguace y entrega del patrimonio público, concentración de ganancias en pocas manos, economía neoliberal y sus consecuencias: pauperización de la educación y la salud, miseria, violencia, mafias, etc.
Así pasaron por la muerte del "ricotero" Walter Bulacio en manos policiales y miles de incidentes protagonizados por asistentes a los shows, que crecían al ritmo de la exponencial masividad del Indio y los suyos.
La muerte de Bulacio puso de manifiesto a una policía habituada a pegar primero si se queda fuera de la torta organizativa. Los artistas pusieron barbas en remojo y la seguridad dentro del show fue casi siempre irreprochable, pero afuera el miedo de la "gente normal" a las hordas ricoteras era manifiesto.
Y con razón, muchas veces: los pibes, pasados de vueltas de privaciones y falta de oportunidades,causaban desbordes de manera habitual.
Así, hubo siempre gente que provocaba a los policías al pedo, sin razón, o protagonizaba casos de vandalismo inútil. Y no eran pocos. Eran bastantes: la "violencia mentirosa" del menemismo mostraba sus secuelas. Y eso fue lo que "cambió" respecto de los primeros shows ricoteros: antes, el encuentro, el abrazo, el cariño y la intimidad. Luego, la masividad, lo heterogéneo del público y la convivencia con el gigante. Un gigante que en su canto, opacaba la voz del Indio y los solos de Skay. Y que encima apretaba, empujaba, y te obligaba a soportar un pogo que a lo mejor no querías protagonizar.
No se trata de discriminar al público "bien" del "público indeseable". Sólo quiero recalcar ésto para que se entienda: sin ser demagogo -como muchas veces el Indio-, hay que separar a los que van a un recital, lo disfrutan y sienten algo o mucho de lo que viene desde arriba del escenario, de los que van a joder al otro, a sacar provecho, a punguear, a manguear, a no pagar la entrada y portarse como si vivir en sociedad fuera el problema que nos ponen en la mesa. Eso jamás será disfrutar de la libertad, del arte y de la música. Muchos ya lo han dicho de entrecasa. Pocos se animan a expresarlo. Después la seguimos.

domingo, 6 de junio de 2010

Carne podrida

Canales de TV, sitios del espectáculo, radios, diarios del interior, todos prestos a levantar la siguiente noticia: "Charly volvió a ser Charly". García, actuando en México ante cerca de 10.000 personas, se peleó en escena con el baterista y le mostró el culo a la concurrencia, retornando a la vieja modalidad "charlesca" de entrar sin medias tintas en el terreno del cualquierazgo y la provocación. Esto fue lo que dijeron un montón de medios, sin pasar imágenes -obvio, porque no existían-, haciendo gala de la poca seriedad que ostentan hoy por hoy. Recordemos que muchos de estos medios pertenecen a la corporación mediática enfrentada con el Gobierno de Cristina K, y en el marco de la carrera por desinformar y confundir a la población, tarea que vienen llevando con ahínco y tesón, obedeciendo a los "jefes de la opinión pública argentina", ya ni chequean la data, ni se calientan por saber qué dijeron en México o al menos preguntarle a algún colega presente la veracidad de la especie.
Lo cierto es que esta noticia, generada en un blog de humor, fue levantada y reproducida ya con tono "serio" por todos estos comunicadores, generando así la consiguiente confusión entre la gente que contempla a uno de los mejores artistas que tenemos tratando de recuperarse, remontar su carrera aún en medio de un duro tratamiento (ésta es una visión personal: creo que a García aún le faltaba un tiempito de reposo, pero bueno...supongo que las deudas o las urgencias del show business...).
Que en medio de la gira INTERNACIONAL de Charly se manche inescrupulosamente su performance con un rumor pedorro, chistoso, que ni siquiera fue chequeado, nos deja con la siguiente reflexión: Esta es la gente que tanto se opone a la Ley de Servicios Audiovisuales. ¿No será que se les viene la noche y algo va a cambiar para bien en nuestro país? Algo que genera tanta oposición y rechazo entre gente que no respeta nada, que no está acostumbrada a que le toquen sus negocios, y que muestra la hilacha con algo "secundario" como ésto, no debe ser tan nefasto. Creo yo. Ta luego...

Periodistas de rock.

Hace unos días leí en Página 12 una entrevista a periodistas de rock actuales, que da la casualidad que también son músicos. "Esto es interesante como para sacar ciertas conclusiones", me dije, y al ver que incluían a uno de los mejores periodistas argentinos del rubro, el señor Claudio Kleiman, me tenté a leer sin más.
La nota lleva por título el juego de palabras que Divididos introduce en "Paraguay", aquel "periodista que se muere por tocar".
Acá van algunas citas de la nota:
-"Muchos músicos de rock no soportan las críticas negativas. Con los elogios y las palmaditas en la espalda no tienen ningún tipo de conflicto. Pero no se bancan las críticas, bien o mal fundamentadas. De ahí que se defiendan descalificando a los críticos”, nos dice Daniel Flores, periodista y tecladista de Satélite Kingston.
-“Creo que la frase de Ricardo alude justamente al periodista que le gustaría ser músico pero no encara la música, siente que no está capacitado y se siente un músico frustrado. Yo no soy un músico frustrado. En todo caso me pueden decir que soy un músico malo”, dice humildemente Kleiman.
“Me parece que un tipo bueno, así haga notas o música, es un tipo genuino. La pregunta es: ¿el Pity es buen cantante? No es buen cantante, pero cuando canta, escuchás su voz”,justifica Luis Paz, también periodista y músico, en un argumento pobre, creo yo, para desconocer a los buenos músicos y tratar de meterle onda a aquello que no la tiene.
-“Me gustan los periodistas que llegaron a los medios ya totalmente metidos en el tema. Ojo, cuando hablamos de periodistas de rock, no podemos pensar sólo en Bebe Contemponi y en los editores de tres o cuatro diarios y revistas grandes, hay que sumar también a los editores de fanzines, conductores de radios chicas y bloggers", dice por ahí Daniel Flores.
Estas citas, que a mi entender omiten los parámetros que se usan para decir "Éste es bueno, éste otro no", han sido tomadas textuales como para no hacer agua justo en el día del Periodista. Hace rato que nos gustaría conocer dichos parámetros, viendo las porquerías a las que se les da manija indiscriminada, y tanto músico bueno de Capital e Interior que es ignorado y, a veces, de tanto remarla, queda en el camino.
“El periodista de rock que mínimamente no toca un instrumento o no sabe cantar una canción completa, no puede considerarse como tal, por más que su prosa brille”.Ésta es una cita de mi tocayo Roberto Pettinatto, que antes de tocar el saxo en Sumo y participar de otros proyectos no tan conocidos fue periodista en una revista fundacional de cultura Rock como lo fue "Expreso Imaginario", y nunca abandonó, en su carrera hacia el estrellato y la celebridad, la impronta del "periodista que se muere por tocar". Como yo quiero ser como él, largo al cyberespacio esta inquietud mía: "Es realmente serio aquel periodista que, sabiendo tocar y todo, se arrastra elogiando a pseudo artistas que no lo merecen?" .Esperamos desde acá alguna actitud "adulta" de algún colega, que nos cuente algo más que los "condicionamientos, la línea editorial, el espacio, el nivel industrial, etc, etc." Salute.