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viernes, 11 de junio de 2010

Herencias Malditas (Y dale con los Redondos)

En la nota anterior hablábamos de los Redonditos de Ricota y los "Redondos", ese público conflictivo que empezó fastidiando a los seguidores históricos de la banda, continuó con los snobs ("¡yo vengo a verlos de la época de "Gulp", loco, no desde el "Perro dinamita"!-a propósito de ésto, el mismo Indio áclaró más de una vez: "No ví nunca tantos 'bebitos' en nuestros primeros shows"), la siguió con los comerciantes y propietarios de los lugares que se elegían para tocar, y acabó jodiendo a todo aquel buen tipo que quisiera disfrutar de un buen momento con su banda preferida.
Hablamos de que esta gente no es causante directa: deberíamos hablar de Menem, Cavallo, De La Rúa, Duhalde y demás responsables políticos de llevar la pobreza a niveles extremos en el país (pobreza se traduce en mala educación, mala salud, mala calidad en las relaciones, en las drogas, en los problemas (¿hay problemas de calidad?...en fin, "miseria" sería la palabra que sintetice todo, "miseria"...de "miserable", que empieza allá arriba, y termina acá abajo, donde termina peleado el pobre con el pobre).
Así, una vez separados los Redonditos, una vez prendida fuego la Argentina, una vez que todo se fue al carajo, el rock nuestro, que alguna vez había sabido ver tiempos de gloria y respeto, se encontró en un cuello de botella saturado de bandas pedorras, sin vuelo, sin pretensiones artísticas más allá de "la birra, el fassso, te espero en la esquina y me cabe cualquiera, loco".
Y todo ésto fue tan masivo como lo había sido el "fenómeno Redondos". Todo se dió en llamar Rock Barrial, Rock Chabón, Rock del Palo (...en el orto!), Rock Viejita, Rock Fierita, y un largo etc.
Si bien no todos los anteriores seguidores de Los de Ricota se encolumnaron detrás de la mediocridad de estos grupejos, a lo mejor lo peor de todo no fue "el fenómeno Rock Chabón", sino la prensa especializada bancando y fogoneando el "talento de estos pibes".
Tanto hablar, tanto decir, tanto publicar en grandes medios, las loas a la mediocridad y el dudoso feel, que se llegaron a ver cosas terribles, injustas, trágicas y terroríficas en grado extremo, confirmando una vez más el racismo, la xenofobia, el vandalismo, el cualquierazgo y la violencia escondida que generaron tantos años de lobotomía cultural(Ver este blog:http://perdidorock.blogspot.com/2009/11/rock-chabon-trogloditas-y-sociopatas.html).
No vamos a detenernos a mencionar todos y cada uno de los sucesos que acompañan a cada sustantivo abstracto del párrafo anterior. Sólo diremos que, tal como vamos, revertir la situación, cambiar nuevamente los valores, volver a aquel punto en el que para ser músico tenía que saber tocar de verdad, y en el que cada quien ocupaba su lugar arriba y abajo del escenario, va a resultar difícil, al menos por ahora.
Por ahora en que el rock trata de conservar un lugar representativo en una cultura copada por los Polacos y los Pibes Chorros, por el reggaeton y la cumbia villera, que pronto serán olvidados y vendrán otros quizá más chotos a ocupar su lugar. Un lugar que no se supo, desde la verdadera cultura del rock, conservar para nosotros y nuestra posteridad.

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