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miércoles, 17 de febrero de 2010

Influencias argentinas de hoy y de siempre VI

Hoy me metí en Facebook y me pasó algo extraño: sentí que desde este pequeño lugar en la web estaba como atrincherado, como una especie de cruzado o fundamentalista que defiende a capa y espada su idea, y se opone firmemente (cuando no violenta o exageradamente al menos), a lo que no forma parte de su universo, y en vez de asimilar un nuevo matiz para su paleta de colores, toma cualquier atisbo de foraneidad o expresión nueva y rara como enemigo, o cuerpo extraño.
Me pasó opinando en ciertos posts de AMIGOS FB, en los que, después de escribirlos, si bien no me dan ganas de borrarlos, me he llamado a reflexión acerca de si no estaré exagerando un poco...
Me fijé en notas "obituarios" sobre Sandro: me impresionó muy bien una de Martín Caparrós (periodista y escritor a quien admiro y respeto) en donde dice que tanto al artista como al hombre se lo había idealizado más allá de lo que simplemente era y representaba el "Gitano": no era un músico brillante, era más bien "cursi", ordinario en melodía y letra (rimas y conjugaciones caprichosas y facilistas, cortesía de Oscar Anderle,su compositor), pero era el más osado y transgresor -claro, dentro de lo que se le podía pedir a los cantantes de su tipo y época. De ahi su simpatía entre las figuras del rock argentino, más allá de las diferencias.
Si bien Sandro es el más importante de los figurones comerciales "melódicos" simpáticos al rock, hay otras figuras como los Iracundos, La Jóven Guardia, Roque Narvaja, reivindicados y "queridos" por referentes actuales y no tanto (no olvidemos que Los Gatos Salvajes de Litto Nebbia también salieron de esa sartenada que muchos tildarían de "grasa").
Y así un montón de casos: los coqueteos de Gieco o Paez con el folklore (desde Mercedes Sosa y Tarragó Ros hasta las versiones "Yupanquianas" de Divididos); las compilaciones "variopintas" de Calamaro que abarcan desde el bolero hasta el tango; el meneo cumbiero de gente como Bersuit o los Cadillacs; las reminiscencias "beat" de Babasónicos y otros por el estilo.
¿Qué pasó, Roberto? ¿Tenés culpa? ¿Demasiado ego? Y sí...
Pero también aprecié la amplitud de muchos artistas ingleses o yanquis muy admirados, que bucearon sin ningún prurito en modas y tendencias retrospectivas. Miren si no a Dylan: su amplia incursión en el gigantesco quehacer cultural norteamericano de todos los tiempos le ha llevado a ser quien es (se ha dicho que gracias al viejo Bob el rock tiene contenido y compromiso). O los Beatles, cuya obra es tan abarcativa que ya excede los límites del rock a secas para asimismo otorgarle (al rock) su caracter universal y representativo.
Estos "maridajes" no dejaron nunca de pasar, y mucha gente se horroriza antes de escuchar con atención (y así es como se pierden muchos resultados honrosos, brillantes o al menos aceptables).
Por ahí un tema "grasa", o "berreta", pasado por el tamiz del rock, obedece a intenciones de diversa índole: una inclusión "conceptual" en un "todo" artístico, por ejemplo; o quizá la menos digerida: un elemento "comercial" para poder vender masivamente el "producto" terminado (esta opción está sujeta a los vaivenes de la industria, la trayectoria y/o necesidades del artista en cuestión, la falta de ideas propias y la intención de "zafar" o quizá "reinterpretar" a un artista que admiren,...en fin, varios factores.
Y así es como saltan las voces de protesta, de enojo, de subestimación, de subvaloración, cuando la música como un "TODO", como un gran mar del cual sacar pescados de las más variadas especies, como un generoso árbol con todo tipo de sabores frutales para comer solos o combinados, está siempre ahí, en el mismo lugar, plantado como todos los días, esperando que se lo disfrute.
Los vericuetos del negocio, los rótulos del periodismo facilista, los intereses particulares y de las grandes firmas que intervienen en este tema, no hacen más que romper las pelotas, pero la música sigue allí, lista para que la disfrutemos y nos sintamos identificados, busquemos o no la quinta pata al gato.
Y el rock argentino tuvo y tendrá siempre a mano más de una porquería a la cuál echar mano para redimensionarla, interpretarla, reinventarla o usarla de relleno o ingrediente de alguna interpretación propia, etc,etc,etc. si no preguntenle a Charly.
Los dejo con una cita a la finada GILDA (¿vieron las piernas y el lomo que tenía?)prolijamente destruída luego porA77AQUE:
"No me arrepiento de este amor/ aunque me cueste el corazón/ amar es un milagro y yo te amé/ como nunca jamás me imaginé..." Hasta más ver.

lunes, 8 de febrero de 2010

Influencias argentinas de hoy y de siempre V

El otro día leía el blog de un colega muy respetado en el medio, que hablaba de un nuevo exponente rockero internacional, multifacético, hiperquinético, muy talentoso y capaz, muy joven él (debe tener 30 y algo, no más, Jack White, que de él se trata).
Este muchacho, además de pisar fuertísimo en los altos estamentos del negocio -miren si no la última de James Bond 007 donde canta a dúo con Alicia Keys), se las arregla para aparecer en tres bandas importantes de la década 2000: White Stripes, The Raconteurs y Dead Weather.
Quisiera decir a esta altura de la nota que ninguna de las tres bandas me apasiona, pero tienen una fuente común para abrevar (y plasmar luego muy respetuosamente en su sonido actual): Led Zeppelin.
La banda de Jimmy Page y Robert Plant es indiscutible, y Jimmy se convirtió en un maestro y "héroe" de la guitarra a muy temprana edad ( y de más chico aún ya venía fogueado con los Yardbirds ). Jack White toma esta impronta y todo bien: pero, ¿es suficiente con sólo tener "influencia" de Page y Zepp? No, porque en aquella época de locura, pasión y rocknroll,TODOS buscaban diferenciarse y hacer "la propia cosa", algo característico, distinto uno de otro, la "marca personal"... De ahí que existieran los Zeppelin, pero tambien, por la misma época, Thin Lizzy o Foghat, o Humble Pie, o Deep Purple, o Black Sabbath,o Grand Funk...y tantas más, todas bandas distintas, iguales a sí mismas, únicas.
Hoy, en la era de la imágen, del videoclip, la internet, y todo esto, lo importante es conformar un todo estético en el que "tocar con estilo, diferenciarse, marcar tendencia musical, llevar la música más allá" NO ES MÄS IMPORTANTE que dar bien en la foto de tapa de "People" o "Playboy" o "Rolling Stone". O sea que , CÓMO TOCA Jack White NO importa TANTO como verse bien, jóven, lindo, bien peinado o bien vestido.
Está bueno que el bueno de Jack tenga influencia de Page y su banda, pero con la influencia no basta. ¿Hoy nos conformamos con tan poco? ¿Será eso? Como dice el colega en su blog: "La gente hoy en día se maravilla con un grupo que tenga influencia de Led Zeppelin, lo que quiere decir que ya nos hace efecto el placebo y no la medicación real, lo cual hace que la enfermedad sea inexistente."
Trasladando este fenómeno a nuestro país, y reseñando que hace unos añetes hubo una banda llamada Patricio rey y sus Redonditos de Ricota, diremos que esta banda ha conformado uno de los momentos artísticos más brillantes de nuestro rock, mas la herencia que ha dejado "se arrastra cual reptil por las arenas hirvientes de la mediocridad". Aún así, son seguidas fielmente por un público extraño para nosotros, que crecimos viendo tocar a músicos importantes como Lebón, Nappolitano, García o Spinetta, Aznar, Nebbia y por qué no Solari y Beilinson (dos grossos artísticamente hablando).
Decía, público extraño que no exige buen gusto, ni buen toque, ni buena letra, ni nada de eso. Sólo "aguante", "la birra", "sexodrogarocanrol" y nada más. Por si fuera poco, cierta prensa manifiesta con agrado el "buen"desempeño en escena de esta gente (Callejeros, Pier), y el vaciamiento artístico y de contenido de toda una época se consuma en sólo una pasada de cualquier disco de estas bandas pedorras.
¿A qué le llamará "TOCAR BIEN" este sector de la prensa que no merece ningún respeto?
Hay que aplaudir que bandas que hace un montón que están en el circuito suenen un poco mejor que cuando empezaron -se me ocurre A77AQUE, que aprendieron a tocar un cacho mejor luego de varios discos, pero ya al momento de la partida de Ciro Pertussi, se me ocurre que habían vuelto a tocar "feíto"-. Es menester decir también que si no aprendés a tocar con los años, mejor ponete un stand de remeras en la puerta del estadio.
Los dejo con una monumental frase del Dr. Tangalanga (cuando un vendedor de pastillas para fumadores le remarcó que esas pastillas estaban en el mercado hacía muchos años): "Escuchemé, Palito Ortega hace 40 años que canta y está en el mercado PERO HAY COSAS QUE SON BUENAS Y COSAS QUE SON MALAS". Chi vediamo dopo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Influencias argentinas de hoy y de siempre IV

Siguiendo con esta saga interesante(¿!?), quisiera por este medio comentar que leí un comentario al pasar de un periodista mendocino, en donde aparecía escrita la frase "Sumo, la banda más influyente del rock argentino".
Quisiera aclarar que no es mi intención sacar nada de contexto.
Ahora bien, en el interior también se peca de centralismo y unitarismo.
¿Por qué? Porque hay un gran afán de querer parecerse a los periodistas porteños, a los tipos que tienen muuuuucha firma en las revistas del negocio del rock, aquellos que se ven toooooodos los shows y es por eso que tienen tan "acabada" opinión acerca de cualquier (por no decir "toda") expresión musical rockera producida en cualquier parte del país, zonas limítrofes, países centrales y planetas asociados...
Como al pasar, me quedó dando vueltas la siguiente reflexión: "¿No será mucho?"
Ya dijimos en un capítulo de esta misma andanada, que no desdeñamos a Sumo en honor a la verdad: Luca Prodán tenía un gran conocimiento de la cultura rock, y la plasmó suficientemente en ese vendaval que fue su banda, teniendo a su lado a buenos músicos que lograron entender la intención del líder, justamente, porque sabían tocar (la mayoría de ellos -sin desmerecer a Germán Daffunchio, que se sorprendía cuando veía tantas loas periodísticas hacia su desempeño "precario pero efectivo").
Esta última notita al pie nos da la pauta de que "adjetivadores profesionales" y fecundas mentes literarias hubo en todas las épocas.
Ahora bien, Sumo ES influyente, pero...y Almendra? Y Pescado Rabioso? Y Serú Giran? Acaso no teníamos a nadie antes de que llegue el Pelado a la Argentina?
Ese "borrón y cuenta nueva", esa "tabla rasa" es particular del punk: "Cualquiera puede tocar y lo de antes no sirve".
Ya sé...Creo que mezclamos todo: los periodistas del Interior emulando a los del Puerto, las exageraciones de un periodismo bastante soberbio que no se aviene a reconocer sus errores y que muchas veces ha creado "Golems" que han sido nocivos y tóxicos culturalmente hablando.
Es acá que hago mías las palabras de David Lebón, un tipo con "algo" de historia en nuestro rock argento, cuando se refiere a los mendocinos en una nota reciente (me permito sacar también de contexto al Ruso porque viene al caso), y les dice, aludiendo a los muchos problemas de convivencia y existencia que presentan los rockeros mendocinos: "Los perdono".
Quedando así: un periodista del interior debería establecer parámetros que acomoden los tantos en su región. No comparar con los porteños, ya que, si bien el nivel es alto en algunas etapas de la llamada "industria cultural", hay porteños que NO dan de ninguna manera el piné -como SI califican algunos artistas rosarinos, cordobeses, tucumanos o mendocinos- y sin embargo copan todas las vacantes y estratos. Así, nos comemos engendros del tipo Intoxicados, Callejeros, Pity Alvarez (toda una estrella), Hijos del Oeste, Fidel Nadal o El Mató un Policía Motorizado, gracias a la fructífera verba y manija de la prensa porteña.
Invito a participar de este humilde blog con sus comentarios, buscando informar, cuestionar, aportar, en fin, construir una mejor visión de una música con historia que ha perdido brillo notoriamente en los últimos años.
Abandono el ciberespacio con un extracto del Club del Clan en la voz del poeta Chico Novarro, que bien le cabe a cierto periodismo (de rock y del otro también): "Tu corazón, nena, tu corazón/ cambia de colores como el camaleón". Y, ya que hablamos de Lebón (el Ruso, ja) me despido justo con las únicas dos palabras en ruso que se sabe la inmortal diva Mirtha Legrand: "Spassiva, Das Vidania".