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miércoles, 3 de febrero de 2010

Influencias argentinas de hoy y de siempre IV

Siguiendo con esta saga interesante(¿!?), quisiera por este medio comentar que leí un comentario al pasar de un periodista mendocino, en donde aparecía escrita la frase "Sumo, la banda más influyente del rock argentino".
Quisiera aclarar que no es mi intención sacar nada de contexto.
Ahora bien, en el interior también se peca de centralismo y unitarismo.
¿Por qué? Porque hay un gran afán de querer parecerse a los periodistas porteños, a los tipos que tienen muuuuucha firma en las revistas del negocio del rock, aquellos que se ven toooooodos los shows y es por eso que tienen tan "acabada" opinión acerca de cualquier (por no decir "toda") expresión musical rockera producida en cualquier parte del país, zonas limítrofes, países centrales y planetas asociados...
Como al pasar, me quedó dando vueltas la siguiente reflexión: "¿No será mucho?"
Ya dijimos en un capítulo de esta misma andanada, que no desdeñamos a Sumo en honor a la verdad: Luca Prodán tenía un gran conocimiento de la cultura rock, y la plasmó suficientemente en ese vendaval que fue su banda, teniendo a su lado a buenos músicos que lograron entender la intención del líder, justamente, porque sabían tocar (la mayoría de ellos -sin desmerecer a Germán Daffunchio, que se sorprendía cuando veía tantas loas periodísticas hacia su desempeño "precario pero efectivo").
Esta última notita al pie nos da la pauta de que "adjetivadores profesionales" y fecundas mentes literarias hubo en todas las épocas.
Ahora bien, Sumo ES influyente, pero...y Almendra? Y Pescado Rabioso? Y Serú Giran? Acaso no teníamos a nadie antes de que llegue el Pelado a la Argentina?
Ese "borrón y cuenta nueva", esa "tabla rasa" es particular del punk: "Cualquiera puede tocar y lo de antes no sirve".
Ya sé...Creo que mezclamos todo: los periodistas del Interior emulando a los del Puerto, las exageraciones de un periodismo bastante soberbio que no se aviene a reconocer sus errores y que muchas veces ha creado "Golems" que han sido nocivos y tóxicos culturalmente hablando.
Es acá que hago mías las palabras de David Lebón, un tipo con "algo" de historia en nuestro rock argento, cuando se refiere a los mendocinos en una nota reciente (me permito sacar también de contexto al Ruso porque viene al caso), y les dice, aludiendo a los muchos problemas de convivencia y existencia que presentan los rockeros mendocinos: "Los perdono".
Quedando así: un periodista del interior debería establecer parámetros que acomoden los tantos en su región. No comparar con los porteños, ya que, si bien el nivel es alto en algunas etapas de la llamada "industria cultural", hay porteños que NO dan de ninguna manera el piné -como SI califican algunos artistas rosarinos, cordobeses, tucumanos o mendocinos- y sin embargo copan todas las vacantes y estratos. Así, nos comemos engendros del tipo Intoxicados, Callejeros, Pity Alvarez (toda una estrella), Hijos del Oeste, Fidel Nadal o El Mató un Policía Motorizado, gracias a la fructífera verba y manija de la prensa porteña.
Invito a participar de este humilde blog con sus comentarios, buscando informar, cuestionar, aportar, en fin, construir una mejor visión de una música con historia que ha perdido brillo notoriamente en los últimos años.
Abandono el ciberespacio con un extracto del Club del Clan en la voz del poeta Chico Novarro, que bien le cabe a cierto periodismo (de rock y del otro también): "Tu corazón, nena, tu corazón/ cambia de colores como el camaleón". Y, ya que hablamos de Lebón (el Ruso, ja) me despido justo con las únicas dos palabras en ruso que se sabe la inmortal diva Mirtha Legrand: "Spassiva, Das Vidania".

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