Hoy me metí en Facebook y me pasó algo extraño: sentí que desde este pequeño lugar en la web estaba como atrincherado, como una especie de cruzado o fundamentalista que defiende a capa y espada su idea, y se opone firmemente (cuando no violenta o exageradamente al menos), a lo que no forma parte de su universo, y en vez de asimilar un nuevo matiz para su paleta de colores, toma cualquier atisbo de foraneidad o expresión nueva y rara como enemigo, o cuerpo extraño.
Me pasó opinando en ciertos posts de AMIGOS FB, en los que, después de escribirlos, si bien no me dan ganas de borrarlos, me he llamado a reflexión acerca de si no estaré exagerando un poco...
Me fijé en notas "obituarios" sobre Sandro: me impresionó muy bien una de Martín Caparrós (periodista y escritor a quien admiro y respeto) en donde dice que tanto al artista como al hombre se lo había idealizado más allá de lo que simplemente era y representaba el "Gitano": no era un músico brillante, era más bien "cursi", ordinario en melodía y letra (rimas y conjugaciones caprichosas y facilistas, cortesía de Oscar Anderle,su compositor), pero era el más osado y transgresor -claro, dentro de lo que se le podía pedir a los cantantes de su tipo y época. De ahi su simpatía entre las figuras del rock argentino, más allá de las diferencias.
Si bien Sandro es el más importante de los figurones comerciales "melódicos" simpáticos al rock, hay otras figuras como los Iracundos, La Jóven Guardia, Roque Narvaja, reivindicados y "queridos" por referentes actuales y no tanto (no olvidemos que Los Gatos Salvajes de Litto Nebbia también salieron de esa sartenada que muchos tildarían de "grasa").
Y así un montón de casos: los coqueteos de Gieco o Paez con el folklore (desde Mercedes Sosa y Tarragó Ros hasta las versiones "Yupanquianas" de Divididos); las compilaciones "variopintas" de Calamaro que abarcan desde el bolero hasta el tango; el meneo cumbiero de gente como Bersuit o los Cadillacs; las reminiscencias "beat" de Babasónicos y otros por el estilo.
¿Qué pasó, Roberto? ¿Tenés culpa? ¿Demasiado ego? Y sí...
Pero también aprecié la amplitud de muchos artistas ingleses o yanquis muy admirados, que bucearon sin ningún prurito en modas y tendencias retrospectivas. Miren si no a Dylan: su amplia incursión en el gigantesco quehacer cultural norteamericano de todos los tiempos le ha llevado a ser quien es (se ha dicho que gracias al viejo Bob el rock tiene contenido y compromiso). O los Beatles, cuya obra es tan abarcativa que ya excede los límites del rock a secas para asimismo otorgarle (al rock) su caracter universal y representativo.
Estos "maridajes" no dejaron nunca de pasar, y mucha gente se horroriza antes de escuchar con atención (y así es como se pierden muchos resultados honrosos, brillantes o al menos aceptables).
Por ahí un tema "grasa", o "berreta", pasado por el tamiz del rock, obedece a intenciones de diversa índole: una inclusión "conceptual" en un "todo" artístico, por ejemplo; o quizá la menos digerida: un elemento "comercial" para poder vender masivamente el "producto" terminado (esta opción está sujeta a los vaivenes de la industria, la trayectoria y/o necesidades del artista en cuestión, la falta de ideas propias y la intención de "zafar" o quizá "reinterpretar" a un artista que admiren,...en fin, varios factores.
Y así es como saltan las voces de protesta, de enojo, de subestimación, de subvaloración, cuando la música como un "TODO", como un gran mar del cual sacar pescados de las más variadas especies, como un generoso árbol con todo tipo de sabores frutales para comer solos o combinados, está siempre ahí, en el mismo lugar, plantado como todos los días, esperando que se lo disfrute.
Los vericuetos del negocio, los rótulos del periodismo facilista, los intereses particulares y de las grandes firmas que intervienen en este tema, no hacen más que romper las pelotas, pero la música sigue allí, lista para que la disfrutemos y nos sintamos identificados, busquemos o no la quinta pata al gato.
Y el rock argentino tuvo y tendrá siempre a mano más de una porquería a la cuál echar mano para redimensionarla, interpretarla, reinventarla o usarla de relleno o ingrediente de alguna interpretación propia, etc,etc,etc. si no preguntenle a Charly.
Los dejo con una cita a la finada GILDA (¿vieron las piernas y el lomo que tenía?)prolijamente destruída luego porA77AQUE:
"No me arrepiento de este amor/ aunque me cueste el corazón/ amar es un milagro y yo te amé/ como nunca jamás me imaginé..." Hasta más ver.
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