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miércoles, 7 de julio de 2010

Sobre drogas y cine...

El otro día veíamos "PACO", una película argentina del director Diego Rafecas, sobre la problemática de las drogas.
Es un film que no habla específicamente del paco, sino que lo mete prudentemente en la misma bolsa que las otras drogas, en el marco de los tratamientos existentes para este problema (el paco, la merca, la heroína, traen miseria, enfermedad, violencia y muerte en iguales proporciones).
Una de las visiones sobre el paco que despliega Rafecas en su película es el nivel de marginalidad, criminalidad y abandono que hay alrededor de esta nueva "droga de pobres". Dice, por ejemplo, que el paco es una droga de exterminio, pensada para terminar en poco tiempo con los pibes pobres que se drogan, ya que el poder establecido no sabe qué hacer con ellos".
Me permito disentir con mi humilde opinión, y aclaro que no es la de un entendido en drogas ni problemáticas sociales, sino alguien que habla por lo que ve y recorre a diario.
El paco me parece una droga de ignorantes. Gente que se mete lo último raspado de la olla de fabricación de cocaína. Lejos de ser un masterplan ideado para que se vayan muriendo los chicos pobres, el paco es una más de las tantas porquerías que hay dando vueltas. Cosa que genera alto nivel de adicción y deterioro en sus consumidores y es el último aprovechamiento del "vivo" que anda produciendo en "cocinas" de las grandes ciudades.
La persona que va a hacer uso de esta droga es, en efecto, alguien que no se ha informado debidamente sobre los efectos de esta porquería. Y al que le queda la cabeza quemada en poco tiempo, sin nada que pensar, nada que perder, y que en el peor de los casos te puede matar por "una moneda para el paquito".
Claro, me dirán, discriminás a los pobres gratuitamente, a los pibitos que ni saben ni les importa ni van a averiguar lo que se están metiendo, que les da lo mismo poxiran que paco o que Yerba Amanda. El peso de la vida es alto, Sossegate, y vos no tenés ni idea.
De lo que sí tengo idea es de que es algo que se consume en sectores de grandes carencias, ignorancia y necesidades básicas insatisfechas, y es por eso que con este comentario a partir de la película de Rafecas intento aportar a ese discurso represivo que se tiene sobre el tema.
Sí, la droga es mala, caca, diría Guillermo Andino (el candidato de las madres argentinas), pero no es así como la población se concientiza de su nivel de daño.
Si en un principio la droga y su uso se concibió como algo recreativo y de órbita privada o libre albedrío, tal concepto no debe ser perdido de vista.
La despenalización, la persecución a los altos narcos, el combate verdadero contra las drogas debe ir acompañado por una buena información a la población, donde el juicio "droga=caca" ya no corre más.
Se debe informar concienzudamente sus efectos y las características de los tratamientos de desintoxicación disponibles (algo interesante en la peli de Rafecas, como por ejemplo el concepto de que se es adicto todos los días de la vida por más que no consumas), haciendo hincapié en la "mercadería" existente.
Si se continúa con el actual discurso empapado de conceptos monacales y eclesiásticos de hace años, de publicidades tipo Fleco y Male y el Dr. Miroli de la época de Menem, de información retaceada por ciertos medios que piensan que todos somos chiquititos, no va a cambiar nada.
También quisiera volver a reconocer la parcialidad de este comentario (aunque intento no ser superficial), y que opinen y tratemos de hacer algún aporte a la discusión sobre este tema tan jodido, ya que sin estar adentro mismo de la cosa, a cualquiera le cuesta darse cuenta de "cuántos pares son dos botines".

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