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jueves, 26 de noviembre de 2009

Canciones de amor

Nos encontramos con un viejo amigo y charlábamos (entre maníes y cervecitas en un bar con la foto de Leon Trotsky parecido al auspiciante de Peter Capusotto), mientras Silvio Rodríguez sonaba de fondo, acerca de la falta de canciones de amor en el rock actual. Yo le dije que sí existían, con otro formato, otro approach, otro timing, otro nivel.
Automáticamente pensé en la banda platense Estelares, que me cae simpática, y luego -porque la mala onda no logra abandonarme- en cierto neandertal-stone porteño llamado Toti Iglesias (ex Jovenes Pordioseros, actual Hijos del Oeste), apadrinado por el Pomelo de la vida real del rock, léase Juanse Paranoico.
Este habitante de las cavernas rockeras, homónimo de ex jugador de fútbol de San Lorenzo y Talleres de Córdoba, dijo tiempo atrás, palabras más, o menos, que "mis letras no tienen nada que ver con muchachas ojos de papel, más bien son de barrio y reales".
Ante semejante falta de respeto al Flaco Spinetta, bueno sería aclarar que Luis Alberto trascendió los límites del conurbano y su canción influenció a la composición de rock en castellano junto con "La Balsa" y fue entonada por toda una generación. Otra aclaración al margen, es decir que este simple y básico fierita stone jamás podrá siquiera componer un solo tema que quede en la memoria popular(el día que lo haga, yo, Roberto Carlos Sossegate, me comprometo a difundir sin protesto alguno cualquier otra barbaridad que a Toti se le ocurra; por ahora, sólo me ocupo de las porquerías que hace).
Sigamos. Por ejemplo con "Seguir viviendo sin tu amor", una canción de amor de Spinetta (quizá una de las más conocidas pero no por eso la mejor ni la más elaborada). Es un tema que muchos pibes de hoy escuchan y conocen a partir de la respetuosa versión de Catupecu (más allá de que el tema tiene como 20 años y confirma lo dicho antes sobre Iglesias y sus boconeadas rollingas).
Este, y otros temas, podríamos decir, de Calamaro, Charly, Spinetta o Los Redondos (cómo olvidar "Tarea Fina", "Un angel para tu soledad", "Esa estrella era mi lujo", y un tema del primer disco Gulp! que no recuerdo el nombre), dan por tierra con una actitud impostada de que lo amoroso y bello es maricón, amanerado, suave y no representativo del macho, tosco y rudo rock, fruto de las calles y con aroma a birra destapada en la esquina. Los prejuicios, las falsas posturas, el machismo reaccionario y algunas otras taras actuales se han apoderado del inconciente rockero, quizá porque como dice la banda uruguaya de rock argentino No Te Va Gustar, "con hambre no se puede pensar"...Ni sentir, ni saber, ni disfrutar.
No le vamos a echar la culpa al Gobierno ni nada por el estilo. Sólo diré este tema amerita otras entradas, ya que lo que hablábamos con mi viejo amigo en aquel bar trosko y sin que se viera por casualidad una sola mina, generó varias reflexiones sobre estética, industria cultural, músicas, negocios, etc.
Los dejo con una frase de nuestro Indio Solari: "De esta miel, no comen las hormigas", pensando en lo rastrero de un género otrora alto y volador. Arrivederchi, mondo!!!

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